Tres por Cuatro



Ubicación: Calle de Montesa, 9
       Madrid (Madrid)
       España
Código Postal: 28006
Teléfono: 915654557
Horario: Cierra sábados y domingos
Menciones:
Tipo de cocina: De mercado
Te puede interesar:
Web: http://tresporcuatromadrid.com/
Precio estimado: 40,00€

Valoración media :  
5 stars   1
4 stars   1
3 stars   0
2 stars   0
1 stars   0
5 estrellas de 2 Valoraciones
Cocina 5 5
Servicio 5 5
Local 5 5
Servicio del vino 5 5
Relacion calidad-precio 5 5
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14 comentarios sobre “Tres por Cuatro

  • el 4 noviembre, 2023 a las 20:35
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    ¡ Qué alegría de lugar es el Tres por Cuatro ! ¡¡ Qué alegría de lugar sigue siendo el Tres por Cuatro !!

    … y que todavía no había pasado a ver qué tal iban en el nuevo lugar. Que ya no es tan nuevo, eso también, pero es que sigo con muchos temas pendientes por aquel par de años que no existieron…

    Pues eso, que por fin vuelvo al Tres por Cuatro, ¡ y qué alegría de lugar, copón ! ( ¿ lo había dicho ya ? )

    Carta en la que hay un zurruscón de cosas que apetecen. ¡¡ Todas apetecen !! Es amplia, sin llegar a ser larga. Rebien.

    Pues vamos allá. Antes de que llegue tu comanda te traen un aperitivo por su cuenta. Una cremita de calabaza, que teniendo el día de otoño levantisco, te asienta el cuerpo. Y estas cosas siempre te bienpredisponen.
    … en lo que es la comanda… Taco de osobuco. Que hasta la tortilla la hacen ellos; y es que me encanta el taco que hacen estas amables gentes, que es de no perdérselo. Al menos uno hay que comerse; ¡ aunque apetezcan una decena ! Delicioso.
    Me apetece algo vegetal (siempre), y tiro por algo que me suena sugerente: pepino encurtido con chayote y jugo de manzana verde. Qué ricura de plato. Qué refrescante. Qué ganas de llevarte como cinco litros de ese jugo.
    Y vamos con el principal… que es el idem motivo por el que he esperado a escribir esta nota. Y es que quería hacer memoria, revisar alguna nota… porque la verdad, de la verdad, de la verdad, es que creo que es el mejor arroz que me he comido nunca. Un arroz caldoso, con gallo negro, que al probarlo solté la cuchara, que a la segunda cucharada le sobrevino la tercera con gula… y volver a soltar la cuchara… y llamar al amable camarero para que, por favor, le diera las gracias de mi parte a la persona que había hecho ese arroz. ¡ Qué absoluta ricura ! El gallo también, entededme, pero es que el punto de arroz, el fondo, el caldo, el… ¡ todo !
    Para terminar, y aunque no sea yo muy de, de esta sí: Tarta de queso. De buena textura, nada de tarta-natilla, como se puso de moda, ni tampoco de la vieja escuela. De camembert y manchego. Tarta de queso con, ¡ flipad ! , sabor a queso; y con más queso manchego rallado por cima (como decía mi abuela)

    Asunto vínico. Pues tienen una carta bastante nutrida y es fácil encontrar algo que pueda apetecer. Además tienen también vinos por copas, de modo que el asunto te lo ponen sencillo. Los dos primeros platos fuéronse con una copa de manzanilla De la Riva y el arroz con una copa de Socaire. Bien servidos, bien de temperatura, buen coperío. Chipén.

    … y ellos, como siempre, requetemajos. Comedor lleno por completo a medio día, en un día cualquiera, y todo iba sobre raíles, amables, cercanos, ayudando a indecisos. Requetebien.

    Pues esta alegría de platos, las dos copas de vino, agua y un café con hielo fuéronse a unos felices 57,75 EUR.

    En esta locura absurda que es Madrid, un lugar como Tres por Cuatro es para volver y volver y volver y volver…

    Valoración media 5 5
    Cocina 5 5
    Servicio 5 5
    Local 5 5
    Servicio del vino 5 5
    Relacion calidad-precio 5 5
    • el 5 noviembre, 2023 a las 11:27
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      Oye, no me lo puedo creer, si eso es cierto, tú eres muuuuucho, pero muuuuuuucho peor que yo (y dicen que soy de lo peor den este aspecto): leo en el comentario “viejo” que, habiendo ido 5 veces… es el restaurante al que más veces has ido en tu vida… ¿es así, loko? 😳

          • el 5 noviembre, 2023 a las 20:07
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            Siempre muy a favor de premiar a quienes lo hacen bien con la visita reiterada. Siempre a favor de premiar a los justos (y castigar a los malos); y más en un contexto social con tanto ruido, con tanto humo… con tanto elogio de la nada.
            Intento evitar el acudir a sitios de moda. Por un lado mi natural misantropía y la cantidad de gente no terminan de llevarse bien. Por otro… pues hociqueo. Si me parece que tiene mimbres lo anoto para ir; en uno o, quizá, dos años. Si me huele a mensaje de agencia de comunicación, y sus mensajes más que oler, apestan, ni lo anoto. No me interesan. Si me huelen a Lanzadera, y es que Lanzadera más que oler, apesta, descartado.
            Me encanta volver a sitios en los que he disfrutado, si bien no me da tiempo (ni $$$) para todo. Y aun así, aun no teniendo ni chispa de interés o ansiedad por la novedad, por ese tan manido ver-y-dejarse-ver de los 90 o 2000, eso que en los 70-80 decían en los papeles: “El todo Madrid”… si algo sí tengo, siempre, es la necesidad por aprender, por comprender, por intentar entender, por seguir siempre sintiendo la sorpresa y el gancho que supone hasta un cambio en un aderezo que presuponías de otra manera. Que alguien comenta que tomó ceviche y no sé qué y tu bostezas interiormente, hasta que dice que va a ese lugar porque le gusta a su suegra peruana… y de súbito ¡ tiene toda mi atención ! =8-) o aquella tienda de aquel rincón desapercibida, cucha, ¡ que tienen Leberwurst ! O ese otro lugar que… En fin, hay montones de sitios que merecen muchísimo la pena, que se dejan el lomo cada día de forma sincera haciendo disfrutar a la clientela… y mi necesidad por aprender, comprender, entender, se cruza con la conciencia de premiar a quienes sabes firmemente que lo están haciendo requetebien día tras día; y bien que me gustaría ir a muchos de ellos una vez a la semana al menos. En Madrid, Cádiz, Valencia, Santiago, A Coruña…

            • el 5 noviembre, 2023 a las 20:36
              Permalink

              En primer lugar, proferir un entusiasta “¡bravó!” a tu explicación.

              En cuanto a mí, me cuesta repetir, pero como soy muy “salidor”, en mi zona de confianza tengo varios a los que he ido tropecientasmil veces, cuando estoy vagoneta y no me apetece pensar o bajar a Valencia, pues…

              Ahora bien, fuera ya de mi zona de confort, siempre pongo el mismo ejemplo: si yo mañana vuelvo, no sé, a Milán, y me topo con un restaurante que visité en mi anterior viaje del que tengo un buen recuerdo, pero veo al lado un restaurante fusión sardo-calabresa en el que no he estado nunca y me llama la atención… puesss 8 de cada 10 veces iré al nuevo. Antes era 10 de cada 10, desde hace unos pocos años 9 de cada 10, ahora estoy en el 8 de cada 10, mañana… no sé, pero la tendencia parece clara. La edá…

              Pero mantengo ese espíritu de “hociquear” como gráficamente lo describes en tu caso, o de inquietú, me gusta esa palabra, inquietud.

              Vaya cháchara sesuda dominguera que nos traemos jajaja

            • el 5 noviembre, 2023 a las 20:46
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              Si en estos fregaos gastroenopáticos no se tiene esa inquietud… en fin… que la tierra le sea leve en vida. Cada mercado, cada cocina, cada plato, cada aderezo, cada puchero, salteado, fritura, horneado… es algo flipante. Sin la inquietud, en fin, la nada.

  • el 15 junio, 2019 a las 09:23
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    (Comentario de su antigua ubicación en Mercado de Torrijos)
    —————

    Cocina de mercado en el mercado y que cambia con las estaciones. A mi con eso ya me atrae.
    Siempre se come bien aquí y por un precio bien majo. Digo siempre porque debe ser ya como la quinta vez que vengo; y digo siempre porque es el restaurante al que más veces he ido. Y ahora, también, abren los domingos.

    Son, además, gente bien agradable y en el asunto vinícola siempre me tropiezo con algo interesante que desconozco.

    En esta ocasión, y tras un aperitivo que acostumbran ponerte, biencomí una estimulante coliflor especiada sobre crema de mejillones, un taco de costilla (¡qué ricos son los tacos de estas amables gentes!) y un rossejat de raya sobrasada hedonísticamente familiar., De postre no puedo evitar comer tarta de queso ¡y al cuerno mi operación trikini!

    Al bebercio: Una copa de un albariño que no conocía llamado Pijama (3 EURxcopa) y que estaba rico y un sorprendente (para mi) monastrell llamado “Time waits for no one” (3 EURxcopa)

    Todo este asunto del biencomer y bienbeber se fue a unos muy cómodos 36 EUR y poco.

    Valoración media 4 4
    Cocina 4 4
    Servicio 5 5
    Local 4 4
    Servicio del vino 4 4
    Relacion calidad-precio 5 5

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