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Reitero lo comentado. Incluso en que la 2ª lo entendí mucho mejor (y me gustó más, por ende) que la 1ª.
Creo que adolece en el tema del vino, pero se le puede perdonar por todo lo demás.
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Vaya! No te ha dejado de nuevo contestar a la reseña?
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Parece que no.
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Barrera es un restaurante improbable.
Un lugar que es conocido, pero poco. Que pasas por la puerta, y no te das cuenta. Que entras, y no estás seguro de que sea ahí. Pero es. Lo es cuando entras en el comedor (qué palabra tan bonita), y lo encuentras conocido y desconocido a la vez.
No es sencillo explicar Barrera. No es sencillo, y la primera vez que fui, aun comiendo bien, no entendí de la misa la mitad. Y oye, que este restaurante no es “de conzeto”, no es de los modernukis, no es chupi-trendy, no es… Sólo es.
Premisa: A buenas horas suelto lo de la premisa; ahora, que ya llevo dos párrafos. Cuando he ido ha sido acompañado por buenos conocedores del lugar, que a tarambanas como yo facilitan infinito todo. Si yo viniese de 500 kms, pues entendería aun menos. O no. Pero yo, sí.
No hay carta. Hablemos, como si fuéramos humanos. Rollo “hambre, apetito o ganas” ( ¡¡ si esto no os suena ejjjjke ni me leeis !! ). Y la comanda irá marchando… y feliz. Y digo feliz ahora, que lo he comprendido en lo que es. El lugar, la cocina, el momento… Pienso en la primera vez. Pienso en la segunda vez. Y quizá la diferencia entre una y otra es sólo el comprenderlo de otro modo; más natural y fluido. Más feliz.
La finura del escabeche con los boquerones en un punto extraordinario. La delicadeza de la ventresca, cocinada lo increíblemente justo. La mejor merluza que he comido jamás; de peregrinar.
Hay casquería, si resulta de apetecer. Que manteniendo su naturaleza llega sin sabores extremos que puedan incomodar a los más renuentes. Ricos riñones. Qué buen contraste entre el hígado y el foie (hecho allí), frente a frente. Cremosidad deliciosa la de los sesos.
Festín absoluto el tajín, pleno de verduras y sus colores, con sus granos de graná, y ocultando en su base el tiernísimo cordero.
Mención especial a los acompañamientos de cada plato. Contraste o pareja, dependiendo del plato. Sorprendentes. Son como si en el plato hubiera dos trazos que van de la mano. Los tirabeques en el escabeche, el fantabuloso pisto en la merluza, la menta en los sesos, las cebollitas con el hígado, las cerezas con el foie o el mango y frambuesas con la ventresca. Producto y acompañante. Acompañante y producto. Dos trazos que se unen separados.
Qué rareza de lugar; qué extraordinario. ¡ Qué improbable !
Nota 1: Rico pan de Madreamiga para mojetear en todo lo mojeteable 😋
Nota 2: Como la sesión era un poco distinta el precio también lo fue. Rebuscando en internezzzz hablan de un rango de 70-90 EUR, de modo que habrá de ser ese el precio orientativo.
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Juer, qué reseña más sesuda (y con menta 😉)
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¡ Qué menos !
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