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Buen pan. Así, por derecho. Sorprende su volumen y ligereza. Tanto que lo pesé nada más llegar a casa. Entre 80 y 85 gramos por pieza. Sigue sorprendiendo su volumen y ligereza. Esta misma característica me hace verlo más como “bollo” que como pan de hamburguesa, pero esto es cosa mía, que cada cual tiene sus taritas, y mi idea de pan de hamburguesa no es la común y habitual. Aguanta bien con toda la hamburgesa ya armada, si bien se queda corta en diámetro para el habitual “patty”, que además encogen al cocinarlos. Quizá con smashed no sería así, pero dado su volumen la proporción se desvirtúa, pero vaya, lo dicho, mis neuras. En general, un buen pan.
Nota y edito: En ocasiones (siempre) soy tan cenutrio que escribo pensando en voz alta y no me doy cuenta de que quien lee tiene otro contexto. 130 Grados es una panadería madrileña.
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Mmmm, interesante trayectoria, don José, qué evolución más… ¿disruptiva?
Pan de hamburguesas (no sé si con o sin hamburguesas) con vinos viejunos.
Sí señor, ¡al diablo la posteridad! Ahora sí les creo, a usté y a Orson.
😉
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Yo soy asín. Capaz de lo malo y de lo peor.
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