Blanco y Negro



Ubicación: Calle Agua, 27
       Oña (Burgos)
       España
Código Postal: 9530
Teléfono: 947300152
Horario: Cierra martes. Noches sólo fines de semana.
Menciones:
Tipo de cocina: Fusión
Te puede interesar: Con terraza
Web: http://www.samablancoynegro.com/
Precio estimado: 30,00€

Valoración media :  
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4 estrellas de 2 Valoraciones
Cocina 4 4
Servicio 4 4
Local 3 3
Servicio del vino 4 4
Relacion calidad-precio 5 5
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3 comentarios sobre “Blanco y Negro

  • el 12 diciembre, 2021 a las 08:07
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    De verdad que me tiene cautivado el Blanco y Negro de Oña. Y ya, tras tantos años de apasionamiento, no puede ser algo fugaz, debe tratarse de amor verdadero.

    En mi última y breve estancia por estas tierras tan “Raíces de Castilla”, no iba a ir porque al llamar para reservar me dijeron que no abrían esas noches de entresemana y que a mediodía sólo había menú, y yo quería noche y carta, quería disfrutar en plenitud de ese restaurante fetiche. Pero mira por donde, un mediodía tonto, caía por ahí, y… juerrrrr qué bien comí.

    Se trata de un menú de 18 €, ufff vaya menuzaco. Incluye un primero, un segundo y un postre a elegir entre tres de cada, agua de Oña y dos copas de vino, me hizo gracia lo de “agua de Oña”, que por cierto, no probé (como decía mi padre con mucha retranca: “en habiendo vino…”)

    —————
    • Tartar de aguacate y sardina ahumada con crema de tomate asado
    • Brocheta de pollo al curry con salsa de cebolla y zanahoria sobre arroz largo cocido en fumet de pollo
    • Timbal de manzana, manzana caramelizada, galleta de mantequilla y helado de vainilla

    —————

    Chico, chico, chico, pero qué bien, es que aquí todo está rico, es que Arona, Arona Gassama, cocina como los ángeles, es un cocinero genético, intuitivo, y por lo que me comentó Samantha, leído e instruido. Se palpa que está imbuido de las nuevas tendencias, que actualiza su cocina de raíces, que cuida los emplatados. La crema de tomate asado sobre la que dispuso el tartar, era de llorar, el timbal de manzana, top, pero amigo, esas “brochetas de pollo al curry”… son de levitar, cómo se puede hacer de algo tan sencillo un manjar de los dioses. Pues yo te lo digo: con mucho mimo y oficio. El pollo (imagino que campero) macerado previamente en su justa medida, el corte especial del mismo, el punto de hechura exacto, las especias estelares, y esa cama de arroz largo, que ya estaba cocinada con el fumet del pollo, pero que aún se había embebido más de los jugos que iba desprendiendo la brocheta. Qué espectáculo. Les dije que debían incluirlo en carta por lo civil o por lo penal. Me recordó a una vez que comiendo en Tariq un “pollo tikka”, que también era prodigioso, me confesó el propio Tariq que había empleado 20 años cocinándolo hasta que consideró que había alcanzado la perfección. Pues bien, no sé lo que ha tardado Aroa en redondear su brocheta, pero ya la tiene, ¡no la toques más, es inmejorable!

    Y encima en esta ocasión estaba Samantha, Samantha Pérez, en sala, con lo cual la experiencia ya fue redonda, porque Samantha es una profesional de campanillas, que se explica de un modo claro, gracioso y pedagógico, trasmitiendo perfectamente la esencia de la cocina de Arona. No tengo duda alguna de que si esta pareja se va a Bilbao, a Madrid, a donde sea, lo petan, qué buenos son. Pero no quieren, viven aquí en su Oña, con sus retoños, viven bien, son felices y no necesitan más. Olé por ellos.

    P.D.: Recomiendo la lectura de la reseña que hay justo debajo de ésta, escrita hace año y medio, en la que explico más en detalle las características del restaurante, de sus dueños, y de su carta.

    Valoración media 4 4
    Cocina 4 4
    Servicio 4 4
    Local 3 3
    Servicio del vino 4 4
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  • el 13 agosto, 2020 a las 18:37
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    ¿”Cocina fusión”? Hay cocinas fusión… y cocinas fusión. Lo que hacen en Blanco y Negro sí que es fusión de verdad, de la buena. Y de lo más inusual.

    ¿Quién iba a pensar que en el corazón de Burgos, en la mancomunidad Raíces de Castilla, en la Muy Leal y Valerosa Villa de Oña, ibas a encontrar a un senegalés y a una burgalesa fusionando sus cocinas de origen? Y… ¿quién iba a pensar que iba a tener éxito esta singular propuesta en esta pequeña y tradicional localidad cuna de Castilla? Pues… no sé, pero llevan ya un porrón de años. Y lo que les queda, porque van como un tiro.

    Arona Gassama y Samantha Pérez, copropietarios y pareja sentimental, mestizaje en estado puro. Él, senegalés y chef, el “negro” del nombre del restaurante; y ella, burgalesa y jefa de sala, la “blanca” de Blanco y Negro. Cocina fusión senegalesa-burgalesa.

    En su atractiva carta puedes encontrar desde platos tan tradicionales de la zona como la Morcilla de Oña a la plancha con pimientos asados en leña, o las deliciosas Croquetas de jamón, hasta platos típicos senegaleses como el Yassa Poulet, pasando por otros fusión como el Lomo de corvina salvaje con láminas de plátano macho frito, concassé de tomate y pepino, salsa de tomate picante y cous-cous de yuca (brutal), o por otros creativos como la Sardina ahumada sobre tartar de remolacha y lágrimas de pimiento rojo, o las Verduras de temporada ligeramente estofadas en leche de coco, toque de curry y hongos.

    Durante estos años hemos probado casi toda la carta, en esta ocasión sacamos muchas cositas al centro, la mayoría ya mencionadas, y otras no, como esos sublimes Nems (rollito crujiente de pasta de arroz relleno de carne de pollo especiada, zanahoria rallada, cebolla y champiñón negro con salsa agridulce), u otra interesante referencia fusión como la Brocheta de cordero (tacos de pierna de cordero a la brasa, marinada de ajo y jengibre, macedonia de verduritas, cous-cous y pasas).

    Destacar el ya mítico e icónico Yassa Poulet (muslo de pollo a la parrilla, marinada de limón, salsa de cebolla y arroz blanco jazmín), cómo se ensambla el sabor de ese pollo que se deshace en la boca, con ese marinado, ese arroz blanco, y esa salsa picante senegalesa que tienes que pedir aparte y que, ojo, pica de verdad.

    Otro sorpresón te lo llevas la primera vez que vas a Blanco y Negro y ves la carta de vinos. Es que flipas. No es muy extensa, pero ahí encuentras blancos de Rueda, de Mosela, de Burdeos, del Loira, una sidra bretona, algún rosadito valenciano, o tintos de Ribera y Rioja, por supuesto, pero también de Arlanza, Somontano, Toro, Ribera Sacra… o del Douro, Marruecos, Borgoña… Paco Berciano anda detrás, no digo ná y lo digo tó.

    El servicio, además de Samantha, que es una profesional como la copa de un pino, cuenta con dos jóvenes realmente encantadoras, una senegalo-burgalesa y otra burgalesa-burgalesa ahondando más si cabe en este concepto de mestizaje de Blanco y Negro.

    El local es humilde pero mimado, colorido, con buenos ventanales, por la noche sin embargo se pierde un poco esa magia por la iluminación un tanto desangelada, quizás mejorara con alguna luz indirecta en las mesas.

    La RCP, excelente.

    En definitiva, si visitas la villa condal de Oña, algo absolutamente recomendable, tienes muchas cosas que ver y hacer, entre otras comer o cenar en Blanco y Negro.

    Valoración media 4 4
    Cocina 4 4
    Servicio 4 4
    Local 3 3
    Servicio del vino 4 4
    Relacion calidad-precio 5 5

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