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No termino de encontrar las palabras correctas para transmitir como quiero, el disfrute y las grandísimas sensaciones que me produjo el Asador Galino Pueyo, y es que a lo largo de este intensito año, he pasado por Atrio, Raíces, Tatau, Eirado do Leña, El Bohío, Ajonegro, Íkaro, Mantúa, AbAc y Chirón, pero el que hasta el momento considero que el “Restaurante del año”, es sin duda este ¿humilde? asador, situado en un pueblito de menos de 1000 habitantes a pocos kilómetros de Huesca, y en el que el cocinero, maneja todo, recibe, entretiene, controla la sala, cocina y sirve, o por lo menos así fue con las únicas dos mesas (una docena de comensales en total) que estuvimos el día en cuestión, quizás con mayor ocupación, pues la sala da, recurra a alguna ayuda, pero no fue el caso.
Y es que como le comentaba a Iván Muñoz, en una extraña e improvisada sobremesa en Chirón, las estrellas están bien, o muy bien, pero existe más riesgo de decepción que de emoción, y eso se mantiene aun subiendo en escalones estelares. ¿Pero qué es lo que le hace a este sitio tan especial?, pues a ver, no nos engañemos, tampoco ha descubierto la rueda, pero lo que sí ha hecho es traerse la rueda a su pueblo, y es que después de haberse pateado las cocinas de Aponiente, DiverXo (y alguno más creo), pero sobre todo Etxebarri, ha decidido romper con las tiranteces de los grandes restaurantes, y abrir una casa de comidas (de grandes comidas eso sí) en la que la brasa, los mejores productos y la relativa sencillez son su seña de identidad.
Así, convierte unas sencillas gildas (3€), unas salmueras sobre brioche (7€), unos guisantes del huerto del vecino (30€), un besugo a la brasa (90€/kg) -por dios, que ganas tenía de tener cerca de casa un asador de pescados- o un T-Bone de Wagyu (110€), en pequeños viajes al paraíso de los triperos (joer, que me olvido la cecina Wagyu!!!, 60€ la ración), todo ello como se ve bien pagao, pero claro, la materia es de primerísima calidad y eso cuesta pasta. Debido a la idiosincrasia del lugar, la carta no es mucho más larga de lo que tomamos, en todo caso, creo recordar que contaba con otro pescado y más cortes de diferentes carnes listas para brasear, además de contar con un menú muy parecido al que nos hicimos nosotros, pero en mayores cantidades, por 115€ pero con dos niñas se nos antojó excesivo.
Carta de vinos cortita, con mucho apego por los Vigerons de Aragón y las burbujas, pero que puede cumplir si no se es muy exigente.
Por cierto, cuenta con casa rural, en la que creo que sus padres sí le echan una mano, por si uno no quiere hacer la carretera de vuelta, y disfrutar de la experiencia sin riesgos.
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El retorno del Jedi!!! 😍 Qué gusto leerte por aquí, hijo pródigo 🤣
Interesantísimo lugar. Me llama. El otro día pasé por la zona de regreso de Francia, me acordé que me lo habías comentado y pensé en comer ahí, pero era muy pronto y seguimos ruta.
Oye, Lairtten, pero entonces entiendo que no tiene servicio a parte de él? Nada? 0 pelota?
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