SenZillo



Ubicación: C/ de Sant Vicent Màrtir, 340
       Valencia (Valencia/València)
       España
Código Postal: 46017
Teléfono: 624697346
Horario: Cierra lunes y martes, y las noches de domingos y miércoles.
Menciones:
Tipo de cocina: De mercado
Te puede interesar: Vino por copas
Web: https://www.rafamorales.es/senzillo
Precio estimado: 45,00€

Valoración media :  
5 stars   0
4 stars   1
3 stars   0
2 stars   0
1 stars   0
4 estrellas de 1 Valoraciones
Cocina 4 4
Servicio 3 3
Local 4 4
Servicio del vino 4 4
Relacion calidad-precio 4 4
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5 comentarios sobre “SenZillo

  • el 04/10/2025 a las 14:03
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    A ver, si te llegas a Senzillo dejándote llevar por ciertas publicaciones que le ponderan con fervor, pues quizás salgas despagao, quizás no colme tus expectativas. Quizás, o más que quizás.

    Pero si te llegas sabiendo a lo que vas, saldrás satisfecho. Si vas sabiendo que su propuesta es senZilla, o aparentemente senZilla, que trabaja buen producto y lo trata con mimo y sin apenas florituras (aun sin ignorar que hay mucha técnica detrás, claro) y que su punto fuerte son los platos de cuchara, no saldrás tirando cohetes, pero sí con una agradable sensación de apacibilidad. De SenZillo saldrás con buen rollito.

    Es propiedad de dos hermanos con dilatada experiencia, de más de 30 años, en el sector, experiencia en la que destaca su larga estancia en El Bulli. Los hermanos Morales, que responden a los nombres de Rafa y Mónica. Rafa, ha pasado por La Matandeta, Gargantúa, El Ángel Azul, El Buli como decíamos, y finalmente Hacienda Benazuza.

    Y hace un par de años, tras acometer varios proyectos formativos dentro y fuera de España, se montaron este restaurante en Valencia, pegadito a La Cruz Cubierta.

    El senZillo y humilde local me encantó, blanco por todos lados, techos altos, vigas de madera en el techo, sillas y mesas también de madera, adornos rústicos como ristras de ajos, botes de conservas, platos de cerámica… Y me faltan por citar dos protagonistas estelares, los encantadores manteles de cuadros azules y blancos, y la luz, esa luz valenciana tan deliciosa que a mediodía entra a raudales, pero sin los inconvenientes del sol directo dada la disposición del local.

    Para elegir es un poco lioso, pues además de la carta, hay varios menús cuyo contenido no está bien rematado/explicado.

    De los dos que más pases abarcaban, había uno más caro que el que finalmente elegimos, pero no era por extensión, sino por tema producto premium desnudo, ya que contenía ostras y tal y cual. Yo quería hurgar más en su cocina, así que nos decantamos por el “Menú de todos los días”, cuya estructura es:

    —————
    • Aperitivo de la casa completo con pan con tomate del penjar
    • Entremés huertano con un producto de nuestra despensa
    • Tapa “SenZilla” centro de mesa para compartir
    • Una de nuestras especialidades
    • Postre de la casa
    —————

    Su precio es 26’50 € si en el principal te sujetas a 5 de sus “Especialidades”. Te dan varias opciones más, de modo que te puede costar lo comentado o ir subiendo a 29’90 €, 32’40 € o 39’00 €. Al final, entre todas, suman la nada despreciable cifra de 12 “Especialudades”, 12 opciones de plato principal.

    Arrancamos con unos variados encurtidos caseros combinados como en ensalada, y por ahí fueron desfilando los demás pases: una longaniza seca con kimchi, un queso manchego trufado y especiado, un pan de pataqueta untado de tomate del penjar, unos huevos rellenos, una mini tosta de mejillones escabechados cubiertos de salsa y huevas, unos boquerones marinados a lo japo, unos portobello rellenos, unas patatas cocidas frías también rellenas, y, y, y…

    Y si me paro aquí, diría que bien, que bueno, que oye, que no es para aplaudir con las orejas, pero bien.

    Pero es que no acabó ahí, acabó con unos de los platos que más me han gustado este 2025: “Callos a la Valenciana Trufados”. Ya nos avisaron de que su fuerte era la cuchara, pero… ¡oñooooooó que callos! De chapeau, qué finura, qué sabor, qué comedida viscosidad, que conjunción. Conjunción de elementos varios, porque los callos de SenZillo, no son solo callos. Llevan: tripa, papada, carrillera, lengua, y blanquet . ¡Buahhhh! Y qué bien le va trufa. Y qué colorcito, mirad, mirad la foto de abajo…

    Pues eso, que yo salí como Tejure, ah, no, el otro, ¡en-tu-sias-ma-dooooo!. Pero… mi compañero de mesa, y sin embargo amigo, nada que ver su recuerdo, pues el pidió el guiso del día, unos garbanzos como a la jardinera, que estaban ricos, sí, pero nada del otro jueves. No pasarán a su alacena de recuerdos como sí pasaron “mis” callos a la mía.

    Los postres, dos tartas, una de queso y otra de calabaza, no nos dijeron mucho.

    La carta de vinos está bien, y además mejoran la oferta con referencias fuera de carta, bastantes, que tienen por ahí. Nosotros, como mi amigo es tintocentrista, tomamos una botellita de Gamonal Pietro Picudo 2022, de Pardevalles, D.O. León. Bien, se portó bien, es lo que buscaba, un tinto versátil de corte no muy cálido. Por copas, también tienen cositas.

    El servicio, prestado por Mónica, pues como muy de andar por casa, muy familiar, algo parco y austero. Es su rollo, no buscan nada pitiminí.

    Acabo como empezaba: cuando vas a SenZillo, hay que saber a lo que vas.

    Valoración media 4 4
    Cocina 4 4
    Servicio 3 3
    Local 4 4
    Servicio del vino 4 4
    Relacion calidad-precio 4 4

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