Teléfono: 865711845
Ubicación: Plaça Adolfo Suárez, 3 3730
Xàbia / Jávea (Alicante/Alacant)
España
Horario: Cierra martes
Momentos: Comida y Cena
Tipo de cocina: Mediterránea y Tradicional
Web: https://www.facebook.com/tascaportjavea/
Precio medio: 40.00€
Tapa, bebida, producto estrella: Arroz de langosta
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Tocaba comer por Jávea y tocaba comida tradicional, con lo cual, siguiendo los sabios consejos de Toni Grimalt, ese gran gurú de la gastronomía, más si cabe en lo referente a su Marina Alta natal, recabamos en esta simpática Tasca Port.
Tiene una terraza bien dotada y muy “vivida”, pero preferí dentro ya que, aunque hacía buen día y se ve el mar por una bocacalle de la calle en la que se ubica (se encuentra en segunda línea de mar), está muy transitada y concurrida, y yo, pese a llevar por tierras de la Comunitat Valenciana tantos años ya, no soy “terracero” como gran parte de los autóctonos, por lo que elijo invariablemente interior a no ser que afuera sienta que estoy en un espacio íntimo y relajado que, como digo, no era el caso.
Adentro sí que encontré esa intimidad y ese “calorcito”, en una pequeña y cuca sala rústica, con bonita decoración a base de madera -incluido un llamativo artesonado- y azules vivos, y una omnipresente y preciosa fotaca panorámica en blanco y negro de la bahía de Jávea años 80 calculo, que abarca prácticamente todo un lateral.
Como bien explica Toni en la reseña de debajo de ésta (aconsejo encarecidamente su lectura) la oferta de Tasca Port es, copio y pego, “cocina tradicional marinera sin la más mínima concesión a la modernidad”. El producto, más bien productazo, es fresquísimo, no en vano el padre del propietario tiene una barquita con la que pesca por el litoral, en especial gamba roja según nos comentó, pero que además le permite nutrirse privilegiadamente en la lonja local.
Echando mano de los consejos, de las referencias de carta, y de las sugerencias de fuera de ella, compusimos la siguiente comanda:
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• Bonito en escabeche
• Fritura de musola
• Gambusín frito
• Gamba roja de Jávea hervida
• Arroz seco de langosta
• Tarta de zanahoria
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Los cuatro entrantes, tops, tops, tops: el bonito en escabeche, soberbio, tanto el bonito, de mordida firme pero jugosa, como el escabeche, sentidito, me pareció percibir algo de vermú en él; la fritura de musola (conocida en otros lares como “cazón”), divina, para mí lo mejor de la comida, una fritura fina fina filipina, y la musola, fresca y sabrosa a rabiar, cortada en trozos con el hueso (espina dorsal) dentro, se despegaba sólo, qué delicia esa delicada carne blanca con peculiar textura sellada por la fritura; el gambusín (gamba pequeña) frito entero, era de un crunch enloquecedor, podía haberme comido un pozal de ellos, así una tras otro, enteritos para adentro; la gamba roja, “de 4º” en cuanto al tamaño, era de 1ª en cuanto a calidad, frescura, punto de cocción y, por tanto, saborrrr.
Tras estos cuatros maravillosos entrantes, les expectativas generadas por el arroz seco de langosta, altísimas de por sí, se acrecentaron aún más y… argggg… no llegó a satisfacerlas. Impecable la textura, el grosor de la capa, el cocinado, la langosta… pero le faltó punch al fondo, era un arroz muy elegante, suave… que hubiera precisado un poquito más de intensidad sápida, intensidad que únicamente encontrabas en los granos que estaban justo debajo de las langostas, al haber vertido éstas sus minerales esencias en ellos.
El tema vinos pues oyes, estaba más cuidado de lo que suponía, había cositas, entre ellas una correcta merseguera valenciana desconocida para mí, Innato 2021.
El servicio, discreto y profesional.
Con lo satisfechos que salíamos tras comer tan bien, aún nos fuimos más contentos tras pagar, vaya RCP, 55 € por persona, que no es ningún regalo, 55 € son 55 €, pero si consideras que tomamos gamba, gamba roja, langosta… pues no cabe otra que calificar la RCP como espectacular.
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6 meses después volví a Tasca Port de Jávea, al lugar del crimen… y cometí otro crimen: me pedí, sí, ya lo sé, qué dislate, unas gambas rojas… al ajillo.
Pero qué lascivia!!! Una cosa de locos. Media barra pan.
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Me habían hablado muy bien del sitio y esperé pacientemente a que pasasen los agobiantes días de verano para probar el sitio en las mejores condiciones: sin los rigores de temperatura estival y sin el aluvión de comensales que se presupone que habrán asistido. Se presentó la ocasión este pasado fin de semana con un tiempo realmente desapacible (estuvimos en alerta naranja), pero que olvidamos por completo al cruzar la puerta del restaurante. Lamentablemente volvimos a acordarnos de la inclemente meteorología ya en la sobremesa cuando una fortísima racha de viento echó abajo la pérgola y los toldos de la terraza del local sin tener que lamentar afortunadamente ningún daño personal.
El salón es sencillo, pero acogedor. Sillas rústicas al estilo tasca marinera, mesas con mantelete individual y paredes con enlucido rústico se combinan con una estructura de madera a modo de artesonado que dota de cierta elegancia y clase al local. Vajilla, cristalería y cubertería sin demasiadas pretensiones, pero que cumplen sobradamente su función.
Cocina tradicional marinera sin la más mínima concesión a la modernidad. Producto fresco poniendo especial énfasis en el pescado y el marisco, con el trato justo y sin demasiadas florituras. Carta con un número suficiente de propuestas (tapas, ensaladas, arroces, pescados y unas pocas carnes) a las que cabe añadir un nutrido número de sugerencias del día fuera de ésta. Tomamos:
– Musola fregida (cazón frito): de una finura excepcional que nos da una buena idea de la frescura del producto que aquí manejan y con un rebozado que cubre completamente los tacos del pescado pero que no resulta ni aceitoso ni empalagoso.
– Gamba roja hervida (16 €/8 unidades): Detallo el precio por qué nos extrañó de salida. Preguntamos y nos dicen que son de 4ª, cosa lógica. Aún así se trata de un precio bastante ajustado y más aún cuando llegan a la mesa y comprobamos que son de mayor calibre que nos esperábamos. Imperdonable no pedirlas a este precio.
– Arroz de langosta (caldoso): Un acierto en un día de lluvia y fresco como el que padecimos. Excelente, con una carga sápida considerable y un punto certero del grano. Ración generosa que nos permite repetir en más de una ocasión.
– Tarta de zanahoria: a modo de bizcocho. Casera y muy rica, aunque no le vendría mal acompañarla con una quenelle de algún helado cuyo sabor no resultase demasiado intrusivo.
La carta de vinos no es muy extensa, pero se nota que está hecha con gusto y ciertos conocimientos. No vimos espumosos en ella, pero, como teníamos ganas de celebrar el Champagne Day que se se conmemoraba ese día y, además, el espumoso le iba a la perfección a la comanda realizada, preguntamos si tenían alguna botella fuera de carta. Efectivamente nos ofrecieron un RH Coutier Blanc de blancs a muy buen precio, propuesta que no pudimos rechazar. Hubo también cervezas previas y cafés que deben tenerse en cuenta en el precio final.
Reseñar para acabar que el servicio estuvo extraordinariamente amable con nosotros, mostrando siempre experiencia y buen hacer, cosa que, por esta zona, se agradece mucho.
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Apuntado!
Ese arroz caldoso de langosta con ese champagne (uno de mis favoritos)… guau!
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