Paraíso Travel


Teléfono: 691549209
Ubicación: Carrer de la Carda, 6 46001
    Valencia (València)
    España
Horario: Cierra domingos y lunes
Momentos: Cena
Tipo de cocina: Colombiana, Fusión, y Mediterránea
Web: https://juniorfranco.es/paraiso-travel/
Precio medio: 70.00€
Tapa, bebida, producto estrella: Ceviche cartagenero sobre plátano frito

Valoración media :  
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5 estrellas de 1 valoraciones
Valoración 5 5
Relación calidad-precio 4 4
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Un comentario sobre “Paraíso Travel

  • el 11 febrero, 2023 a las 20:10
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    Antes llamada Origen Clandestino, la Taberna Paraíso Travel se encuentra en los aledaños del Mercado Central de Valencia, en su zona más “canalla”.

    Se trata de una diminuta taberna con pequeña terraza, cruzando una callecilla que las separa. En ambos lados, hablamos de recogidas mesas altas con banquetas, y en ambos lados se respira una atmósfera alternativa. Me encanta el mural que decora las paredes derruidas que abrigan la terraza, así como entre naif y grafitero, que recrea pasajes de la película con el mismo nombre de la novela de la cual a su vez toma su nombre esta singular taberna latina.

    Yo he comido tanto dentro como fuera, y no sabría que elegir. Por un lado esa terraza con punto de alegre decadencia rollo La Habana, me atrapa, y por otro, dentro, tiene su aquél con la cocina vista, los armarios también “vistos”, ver faenar a Junior, un tipo con una conversación además interesante, amistosa y cordial… Ahora que, cómodo, lo que es cómodo… ni dentro ni fuera.

    La cocina arranca como fusión colombiana y valenciana, pero se expande a fusión latinoamericana y mediterránea, incluso con aportes asiáticos.

    Es propiedad de Junior Franco, un joven colombiano afincado en Valencia, que mamó cocina en su país natal desde pequeño de la mano de su padre, un chef colombiano, y completó su formación en la Escuela de Hostelería de Castellón.

    La información que encuentras en la web es nula, no sabes si hay carta, menú degustación, menú del día… Nada. Hay que reservar vía la citada web, y no es hasta el momento en el que te llaman para confirmar cuando puedes informarte. No hay carta ni menú diario, hay exclusivamente un menú degustación que puede ser de 7, 8 o 9 pases.

    Yo iba a pedir el de 7 pases, ya que era mediodía y a mi compañera no sé si le iba a parecer aún así muy largo, pero Junior nos “encaminó” al de 8, pues según dijo es lo que habían pedido los de la otra mesa que estaba ocupada ese día, y así íbamos acompasados. Pos bueno, pos vale, oye.

    Y estos, y no otros, fueron los 8 pases del día de autos:

    —————
    • Sancocho de merluza con bolitas de aguacate y huevas de trucha
    • Calamar a la llama con sopa de cacahuetes y ají amarillo
    • Latin crab
    • Ceviche cartagenero sobre plátano macho frito
    • Cocochas con alcachofas y salsa encevichada de chipotle y cebolla morada
    • Cordero con arroz en pepitoria
    • Sorbete de maracuyá con bizcocho emborrachado en cachaça y mascarpone
    • Helado de queso azul, fresa, nuez y pintura de mermelada de chile
    —————

    La cocina de Junior es, como decíamos, fusión, pero se le pueden aplicar muchos adjetivos más: técnica, meritoria, intuitiva, desenfadada, con mucho fondo de armario, punzante, chispeante, alegre y dicharachera.

    Se come francamente bien en Paraíso Travel, disfrutas, te diviertes, Todos los pases tienen su gracia, todos merecen la pena.

    Así, el sancocho de merluza fue un perfecto modo de atemperar el cuerpo, y en especial el paladar, para lo que se nos venía encima; el calamar con sopa de cacahuetes y ají amarillo fue la primera muestra de esa tremenda fusión y de ese maravilloso sabor que irradian los platos de Junior, qué deleite esa sopa cremosa en la que palpitaban los crunch del calamar y el cacahuete espoleados por el ají amarillo; el latín crab, estupendo, con un centollo bien trabajado sobre una cama de arroz aliñado con chile y chipotle, saborrrrrr; el ceviche cartagenero es sin duda el buque insignia de Paraíso Travel, lleva años en su carta, y no lo puede ni debe quitar, es sorprendente, pues tras una compleja elaboración, resulta que tienes un ceviche (de gamba) con textura gelatinosa, la suficiente como para no desparramarse y sostenerse sobre la base de plátano macho frito en la que está depositada, de modo que te lo comes como una tosta, un prodigio de frescura, desparpajo y punch; con las cocochas con alcachofa nuevamente exalta el concepto de fusión, corazón de alcachofa, encima una buena cococha con su pil-pil, y bañando a ambas, una salsa encevichada de chipotle y cebolla morada, uffffffff; el último pase salado fue extraordinario (lástima que repitiera arroz, no me gusta, así de raro soy, que repitan ingredientes principales en diferentes pases, ya podía haber puesto en uno de ellos quinoa, fideos, legumbres… no sé), un originalísimo arroz con cordero, con el arroz en pepitoria con judías y huevo duro, sobre el que te encontrabas una buena pieza de cordero que había sido sometido a un largo proceso de maceración y finalizado al wok resultando un bocado tierno, se deshacía en la boca, y exquisito; los postres, desigual fortuna, pues si el primero, un sorbete de maracuyá sobre bizcocho borracho no me dijo mucho, aunque aportó, eso sí, frescura y acidez, el segundo sin embargo, el helado de queso azul, fresa, nuez y pintura de mermelada de chile, me pareció de una gran altura, por el resultado en boca y por el concepto, eso de poner a bailar para finalizar un degus elementos tan dispares como un helado, de queso azul ni más ni menos, una fresa, una nuez, y una mermelada de chiles…. Ayayayayyyyy qué maravilla de fin de fiesta.

    El tema de vinos, aunque tienen buenas referencias y se le da buen trato, deben mejorarlo rápidamente, pues la información brilla por su ausencia, no hay carta ni casi saben lo que tienen. Tomamos una copita de cava Rimarts Gran Reserva 40, y una botellita de una buena mencía berciana cuyo nombre no logro recordar, qué lástima.

    El servicio estuvo top, y eso que no estaba en esta ocasión el incombustible Paco Guillén, parece que sin él Paraiso no es Paraíso, pero en su lugar nos atendió un joven uruguayo con una actitud encomiable llamado Mateo. Grande Mateo, qué buen tipo.

    Cuando le mostré mi extrañeza a Junior por la carencia de información en la web, en los vinos, etc., me comentó que es que se encontraban en un momento de replanteamiento, de reflexión, yo sólo espero que en esa posible reinvención no se pierda el alma de esta cocina tan maravillosa que te hace disfrutar de lo lindo. Información, sí, urgentemente, y mejora del local… pues no lo sé, aunque lo que sí que sé es que las manos de Junior brillarían aún más en un local de mayor enjundia y trapío, pero por otro lado perdería ese brochazo canalla que tanto atractivo aporta…

    Menos mal que a mí no me pagan para tomar esas decisiones… pero, lo dicho, ¡Junior, no cambies!

    Valoración 5
    Relación calidad-precio 4

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