Teléfono: 960623300
Ubicación: C/ de Jeroni Munyós, 15 46007
Valencia (València)
España
Horario: Cierra domingos noche y lunes
Momentos: Cena
Tipo de cocina: Actualizada
Web:
Precio medio: 35.00€
Tapa, bebida, producto estrella: Ensaladilla rusa con ventresca y piparras
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Tras comprar en El Almacén de Estraperlo y cenar en El Observatorio de Patraix, me faltaba ya por hollar únicamente El Astrónomo, la tercera pata de esa Santísima Trinidad de C/ de Jeroni Munyós que conforman los tres mencionados negocios, todos de la misma propiedad.
Así que para allá que fuimos con singular alegría a cenar en familia.
Si El Almacén es una mantequería, y El Observatorio una taberna nikkei, al Astrónomo podríamos calificarlo como una gastro-tasca mediterránea.
Estéticamente sigue el hilo conductor de los otros dos establecimientos: espacios reducidos, pocos recursos, humildad, ganas y muy buen gusto, con detalles que lo acreditan, como esas flores secas y ese suelo de imitación de baldosín hidráulico con el dibujo completamente en negro.
Su carta es muy cortita, 12 platillos + 4 postres, todos ellos referencias clásicas de la cocina mediterránea, actualizadas y con puntillo.
Hubiéramos pedido más de lo que pedimos, pero el honrado camarero nos paró los pies, así que así quedó la cosa:
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• Croquetas veganas (albahaca, tomates secos y olivas negras
• Ensaladilla rusa con ventresca y piparras
• Wantún de Almussafes (sobrasada, puerro, parmesano y mayo Hoisin)
• Berenjena a la llama con miel queso feta, cacahuetes y polvo de aceituna negra.
• Pulpo frito con partmentier de patata ahumada, romesco y migas de pimentón.
• Rocas de chocolate con ganache de choco blanco, cacahuete y helado de caramelo salado
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El resumen es que nada era para tirar cohetes, pero todo estaba bastante rico.
Quizás las croquetas veganas no cubrieron las expectativas que me generaron al leer su relleno (albahaca, tomates secos y olivas negras), quedando un poco sositas. Por el contrario, el wantún de Almussafes me pareció muy original, tanto el nombre como el resultado, y la ensaladilla rusa estupenda, con una textura cuasi-cremosa y con mucha vidilla provocada por las piparras troceadas. También el postre me agradó, ya no tanto por las rocas de chocolate ni por el ganache de choco blanco, sino por el delicioso helado de caramelo salado, hubiera repetido, pero me “medí”, estoy últimamente de lo más contenido.
También hubiera tomado algún otro platillo, pero le hice caso al honrado camarero de entrada, y luego ya, me volví a medir. Si es que cuando digo que estoy de lo más contenido…
Tema vinos, pues juraría que tienen la misma carta que El Observatorio, interesante y chica, de la que seleccionamos un D.O. Ribeiro del que había oído hablar muy bien pero que no me mató, Bitoku 2020.
Me da la impresión que tanto en El Observatorio como en El Astrónomo se moderan mucho, logrando platillos agradables, armoniosos, resultones… No voy yo a ser el aguafiestas, porque además seguro que el equivocado soy yo ya que ambos triunfan como la Coca-Cola, siempre están llenos y tal, pero para mi particular y mejorable paladar, les falta punch.
Buena gente, aquí también siguen el hilo conductor de los otros dos locales, jóvenes, amables, rápidos y sonrientes.
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… sólo te falta la floristería (sic).
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Juer, pues te iba a preguntar si era broma, pero veo que has puesto sic, así que me lo creo!!! Pero… “Pili, me dejas de piedra”
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