Teléfono: 942219051
Ubicación: Calle Tetuán, 23 39004
Santander (Cantabria)
España
Horario: Cierra lunes
Momentos: Aperitivo
Tipo de cocina: Cántabra
Web: https://www.casasilvio.com/
Precio medio: 15.00€
Tapa, bebida, producto estrella: Gambas al ajillo
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En la calle Tetuán de Santander tienes cuatro o cinco establecimientos para hacerte un día un recorrido delicioso, bien sea aperitivo largo, bien merienda-cena. La Mulata, Marucho, Casa Silvio, La Flor de Tetuán… Qué gozada. Y puedes pegarte el lujo de empezar o acabar en la barra de La Bombi, que está a cinco minutos a pie, no llega.
Casa Silvio es una tasca de las de toda la vida de Santander, le avala una trayectoria de más de 40 años. Un clásico. Cuando tú le preguntas a algún santanderino dónde comer unas buenas rabas y buen marisquillo sin que tengas que pedir una hipoteca, Marucho y Casa Silvio están presentes siempre en las respuestas. Además de estar pegados.
El interior es pequeñuco, abigarrado, vivido, marinero. Nos apetecía más afuera, en la puerta, de pie, qué ambientillo oye, en esas tres o cuatro cubas de vino que hacen de mesa alta en la calles.
Pedimos gambas al ajillo, que parece ser lo más típico de esta taberna, y almejas a la sartén, pues nos llamaban tras leer el exitoso artículo sobre ellas de Gabriel Argumosa en el Diario Montañés.
Aaaaacierto! Sí, efectivamente, las gambas al ajillo son fabulosas, muy peculiares, nadando en un chimichurri de morirse, con la cola sin pelar del todo para que puedas asirlas, y el tronco retorcido con un efecto visual muy chulo provocado por un corte previo a la cocción. Pero amigo, las almejas a la sartén, eran un espectáculo de sabor y de textura. No eran excesivamente finas, no, no ganarían el premio a la mejor almeja en crudo, pero el placer era voluptuoso, la mordida firme, mollosa y explosivamente jugosa, y la preparación extraordinaria, qué sabor le confería el caldillo en el que se bañaban, con los propios jugos de las “amayuelas” (como llaman los cántabrus a la almeja) ajo, perejil, y yo creo que vino blanco “de solera” con el que potean los cántabrus.
Hablando de vino, tomamos unos blanquitos ricos servidos en buenas copas.
Había por ahí una señora enérgica y omnipresente, ejercía claramente como jefa, que derrochaba profesionalidad, cercanía y sabiduría.
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Creo que las almejas a la sartén son el plato “sencillo” que más cuesta bordar en casa, no sé si por acceso al producto, el punto de cocción, “el toque”, no sé, pero como las que he comido en diferentes sitios, no consigo hacerlas ni parecidas. Y es un plato sublimado, y que además, creo que por muchas vueltas que le des a la receta, no puedes mejorar el producto que hecho así.
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Yo nunca lo he intentado, soy poco cocinero…
Por ahí se ve cada vez menos, no?
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¿Por ahí en pescaderías te refieres?, en la mía de confianza de cultivo siempre, fina, en fines de semana con frecuencia.
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Nop! A bares y restaurantes!
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