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Una delicia de conserva, como todas las de esta casa. Pochas sabrosas que son pura cremosidad. Se pueden comer solas, con un chorro de AOVE, pero también acompañadas con un poco de jamón salteado con cebolla caramelizada, o con oreja de cerdo cocida y luego salteada con un chorrito de PX, por poner un par de ejemplos. Por cierto, me encanta que les pongan ese poco de tomate y pimiento de piquillo verde para acompañarlas.
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No solía usar las legumbres en conserva porque siempre me parecían peores que las secas, hidratadas y cocinadas en casa, pero lo cierto es que desde que descubrí estas mi visión ha cambiado. El ahorro de tiempo y de previsión es tal que merece la pena siempre tener este tipo de botes en casa.
Con un sofrito, un poco de caldo o agua y estas legumbres de calidad, haces la comida de forma rápida y saludable.
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