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“La tortilla del Circo”… ¿cuántos zaragozanos la habrán nombrado? ¿y probado? Sin duda, y tal como bien dice Lair en la reseña de abajo, estamos hablando de la tortilla de patata más famosa de Zaragoza.
El emblemático Bar Circo es ya sobradamente centenario. Fundado en 1887, no donde está ahora, pero muy cerquita, a pocos metros, en C/ San Miguel, era el bar del Teatro Circo. Cuando demolieron edifico y teatro se trasladó a otra calle cercana (C/ Porcel), y ya en 1981 pasó a donde está hoy, en la hiper céntrica y minúscula calle Jerónimo Blancas. No preguntes por esa calle a los lugareños, no la conoce por su nombre ni el Tito. Pero diles “la calle del Circo” y… “¡ah, sí, hombre!”
Como no podía ser de otro modo, estéticamente se trata de un bar de los de toda la vida, aunque respira cierta clasecilla por ese mobiliario como de madera noble, con su barra metálica (y azulejo) repleta de pinchos y tapas… Y siempre hasta arriba, es complicado hacerse con un hueco, pero si estás acostumbrado a pelear sin agobios por un sitio en barra, como estamos los maños, pues sin problema. Y además tiene tres o cuatro mesitas altas fuera, pegadas a la fachada… que es mi sitio. Y ahí nos acodamos mi hermano mediano, mi hija pequeña y yo en mi última visita.
Pero amigo, el Bar Circo no es sólo tortilla, qué va, ahí están su ensaladilla rusa (también para mí de las tops de la ciudad), sus empanadillas, sus croquetas, sus torreznos, sus “fritos” (ese pimiento relleno de bacalao rebozado), sus huevos duros rellenos bañados en mahonesa… y, cómo no, mi adorada pedazo de brocheta de riñones. De llorar.
¿Y qué tiene su tortilla para que sea tan famosa? Pues no tiene ná, y lo tiene tó: en primer lugar, regularidad, siempre fiel a su concepto, y siempre en su mejor versión (leo por ahí que hacen más de 40 tortillas de patata diarias, vaya mérito tiene que siempre les salgan igual de ricas); en segundo lugar, que siempre está recién hecha, claro, en cuanto sale, vuela; en tercer lugar, la calidad de los huevos frescos y de la patata nueva; y para finalizar, su concepto, gruesa, casi tostadita por fuera, poco cuajada por dentro y subidita de aceite y sal.
Si vas a Zaragoza, es uno de los lugares que tienes que llevar anotados en la agenda de “debes”. Y tacharlo cuanto antes.
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¡ Ondia, pincho de riñones ! 😋😋
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Tremebundo!
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Posiblemente sea la tortilla de patata más famosa de la ciudad, y para mí sin duda de las mejores, no es perfecta, pero da el pego, por lo menos par mi gusto de las que más disfruto, también es cierto, que me faltan por conocer las típicas que participan en certámenes locales, pero claro, aquí sé como la hacen en el día a día, y no “para concurso”.
Pero como no sólo de tortillas vive el hombre, tenemos una serie de pinchos de toda la vida para acompañar (casi todos a 1,90€). Buen torrezno de Soria (a 2,70€), pincho de riñones rebozados, ensaladilla, y alguna que otra cosa, más, todo muy correcto, y que siempre dan ganas de dejarte caer de vez en cuando.
Mención aparte de los vinos, que sin ser el acabose, suelen tener una buena oferta (clásica y típica, pero variada) de vinos por copas, abriéndote ex profeso, cualquiera de las botellas que tienen.
Con 45€ salimos bien cenados, 2 adultos y 2 niñas, con una cerveza y varios vinos por copas.
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Sí señor, El Circo tiene que estar en Gaudaru sí o sí.
De estudiantes-universitarios, peinábamos esa zona de arriba a abajo, pero El Circo era uno de los que, pese a que la tortilla, las gildas y los riñones rebozados eran de 10, era como más de mayores. Íbamos solo algún domingo al aperitivo, rollo más formal, no entraba en el circuito de tapeo-picoteo-chateo.
Luego he vuelto alguna vez, y esa tortillaca, subidita de aceite y de sal, es una locura, y eso que no es fácil comerla de pie y con gente alrededor
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Nosotros tuvimos suerte con las restricciones, pasamos para llevarnoslo a casa, y justo cuando nos tocaba pedir, se iba una mesa (las barras las tenemos aun prohibidas) conque cenamos más a gusto que un arbusto.
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