Bar Marvi


Teléfono: 963618556
Ubicación: Carrer dels Sants Just i Pastor, 14 46021
    Valencia (València)
    España
Horario: Cierra domingos
Momentos: Almuerzo
Tipo de cocina: De tapas, Gallega, y Valenciana
Web: https://www.barmarvi.com/
Precio medio: 25.00€
Tapa, bebida, producto estrella: Pulpo a la gallega

Valoración media :  
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5 estrellas de 1 valoraciones
Valoración 5 5
Relación calidad-precio 5 5
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Un comentario sobre “Bar Marvi

  • el 8 enero, 2023 a las 07:28
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    ¿Preparados para una experiencia gastronómica extrema por Valencia? Si la respuesta es afirmativa, sigan leyendo, en caso contrario, les recomiendo que cambien de lectura. Porque exactamente eso, una experiencia extrema, y maravillosa añado (eso sí, una vez superado el miedo escénico), es lo que supone adentrarse con Oti a almorzar en alguna de sus guaridas valencianas.

    La vacacional mañana de autos (esto hay que hacerlo entresemana, y con el día libre, como lo hice yo), Otilio Haro Lapeña, más conocido como Oti en los foros gastronómicos y en los ambientes bélicos, tuvo a bien invitarme a un almorzaret en uno de sus templos. Cuando me propuso Marvi y yo le dije que si lo conocía bien, me contestó con un tajante – “Nano, Marvi es mi casa”.

    Y ahí estaba el bueno de Oti esperándome en Marvi a las 10‘15 AM Valencia hora zulú. Me recibió a porta gayola, mejor dicho, a ventana gayola (vean la foto de portada), y yo pensé, – “¡juer, y tanto que debe ser su casa!”

    Tras un breve pero afectuoso intercambio de saludos, manos a la obra: – “¿Qué pedimos?”, me preguntó. – “Aquí mandas tú” le contesté. Y el tío, pidió, sí, para almorzar, sí, a las 10 de la mañana, átense los machos, lo siguiente:

    ———-
    • Cacaos y aceitunas
    • Pulpo a la gallega
    • Patatas bravas
    • Buñuelos
    • Oreja a la plancha
    • “Butifarreta”: bocadillo de morcilla de Toribio, col, huevo frito, ajo aceite y encurtidos
    • “Otibrascada”: bocadillo de secreto ibérico, jamón serrano y cebolla pochada con ajo
    • Queso Tetilla con membrillo
    • Cremaet
    ———-

    – “Y porque estoy un poco flojo” dijo, “que si no…” – “¡Hostiás, pues menos mal!”, pensé. Yo soy de buen comer, de muy buen comer podría decir modestia aparte, pero al oír a esas tempranas horas lo que iba saliendo de su boca (“y ponnos”, “y sácanos”), me iba haciendo pequeño, y por contra se hacía muy grande la bola que se me estaba generando en mi estómago.

    Peeeeero…. ¡qué va! Dimos buena cuenta de tó toíto tó con singular alegría, sin titubeos ni muestra de flaqueza alguna.

    Porque es que… ¡no me extraña que sea uno de sus lugares favoritos! ¡Es que todo estaba de morirse! Empezaron jugando fuerte, muy fuerte, a ver cómo superan esto, con ese pulpo a la gallega, que lo digo sin temor a caer en falsos superlativismos, es el mejor que me he comido en Valencia. – “Claro”, me dijo Oti, “es que Tino es gallego”.

    Hago aquí un inciso para mencionar a Tino Fernández, actual gerente, hijo de los fundadores, un gallego y una italiana. Desde que entras a Marvi, bueno, ya antes de entrar observando la terraza y la fachada, ves que no es un bar normal, que es un establecimiento, familiar y cálido, sí, pero en el que todo está cuidado, mimado, y pensado al detalle. Y su cocina, igual, tapeo valenciano tradicional con guiños gallegos (italianos no encontré), pero… top, top: producto, selección, criterio, cariño, pulcritud, evolución y “manos”.

    Y seguimos para bingo: las bravas, estupendas, crujientitas por fuera, carnosas y sutiles por dentro, y buena salsa; los buñuelos, muy sorprendentes, diferentes a los que he tomado yo hasta la fecha, diferentes por su marcadísima esponjosidad, que no le hacía perder un ápice de jugosidad; la oreja– “Donde va Oti, hay oreja”, pofirió el Sr. Haro (valenciano pero orgullosamente hijo de manchegos) y… hay oreja de la buena, apuntaría yo, porque estaba de locura, con todas las virtudes de una buena oreja plancha, con ese característico juego de texturas y ese peculiar sabor; ambos bocatas, tops, con un pan increíblemente apropiado para bocadillos, primero salió el “butifarreta”, muy original esa combinación de morcilla, col, huevo frito, ajo aceite y esos encurtidos picantillos que le daban alegría, y luego la “otibrascada”, así llamada porque Oti pide que le versionen este tradicional bocadillo valenciano cambiando acertadamente la ternera por secreto ibérico, uahhhh; y finalizamos el festorro con un plato de queso Tetilla con membrillo que no se lo saltaba un gitano, de máxima calidad, franca, limpia, directa, era pura leche fresca. Corrijo, lo finalicé yo (no soy cafetero), que Oti, como buen valenciano y gurú del esmorzaret, se apretó un cremaet de campeonato.

    Lo de cremaet de campeonato, no lo decía por decir, porque Marvi ha ganado alguno, pero ojo, de cremaets y… de Gin tonics, de Tiradores de cerveza, de Steak tartar, e incluso el Cacau d’Or, ¡qué grandes estos de Marvi!

    De beber… qué bien bebimos, pero no les digo lo que bebimos, que me da vergüenza 😂 Aquí sí que anoto un claro punto de mejora: las copas. Un bar de este calibre quizás debería tener más cuidado este tema, al igual que lo tiene con todo lo demás.

    El servicio, cariñoso, familiar, simpático, con oficio… lo tienen todo para este tipo de negocio, buena gente, de nuevo no me extraña que Oti se sienta en casa.

    Algunos blanditos, después de vivir esta experiencia extrema de la que hablaba al inicio de la reseña, después de almorzar con Oti, ni comen, ni meriendan, ni cenan… No es mi caso. Bueno merendar, no merendé, pero comí y cené. ¡No hay miedo, no hay dolor, Capitán Haro! ¡Preparado para la siguiente misión, a sus órdenes! ¡Arp!

    Valoración 5
    Relación calidad-precio 5

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