Arroz y vino

El plato más popular elaborado con arroz es la paella. Arroz seco, cocinado en un recipiente del cual toma su nombre, siendo el 9º plato a nivel mundial por reconocimiento y popularidad, según las últimas estadísticas y también es el más cocinado, incluso por las manos más inexpertas. En muchas reuniones familiares es donde triunfan las famosas paellas, generalmente elaborados por quienes confiesan que es el único plato que saben cocinar.

Debemos tener presente la siguiente frase: “Todas las paellas son arroz, pero no todos los arroces son paellas”. Elaboraciones con arroz las hay de todo tipo, secos y caldosos, o con el grado justo para que resulten melosos, de carne, de pescado, de marisco, de verduras, etc. Al horno o expuestos directamente al juego.

Llamémosle paella, o arroz con un apellido, en el momento de disfrutarlo es importante el decidir con qué vino lo maridamos, no en vano, ya nos dejó escrito Alejandro Dumas: “El vino es la parte espiritual de la comida, pues el alimento no es más que la materia”.

Tradicionalmente se ha sostenido y aceptado por una gran mayoría, que el mejor maridaje para una arroz lo constituye el vino rosado. Nadie nos podrá discutir que sus colores son muy agradables, con un frescor y un punto adecuado de alcohol. Pedir un rosado es algo que ahora está “de moda y bien visto” en Francia, Reino Unido y en Estados Unidos, y esta moda está llegando también a España e Italia. Se están desterrando ideas o creencias erróneas bastante generalizadas como son: el rosado es cosa de mujeres; se utilizan las uvas de peor calidad; los rosados son bajos en alcohol; no maridan con ningún tipo de comida; no hay rosados de calidad en España; los rosados son todos iguales; el rosado es para la gente a la que no le gusta el vino.

Actualmente, el vino rosado puede ser sencillo y frutal, pero también puede ser un vino complejo, a veces con envejecimiento en botella, en madera o en depósito, ante esta variedad de tipos de rosados, tenemos opciones para los distintos tipos de arroces que podemos pedir o cocinemos nosotros mismos.

Ante un arroz donde el pescado o el marisco predomine, los blancos elaborados con albariño, con riesling, o con la combinación de ambos, pueden casar fenomenalmente. Para un arroz negro puede maridar incluso un vino tinto con predomino de fruta, joven o con leve paso por la madera. Ante un arroz con carne, por ejemplo un meloso con costilla, un vino tinto elaborado con la variedad mencía, que disponemos en nuestra tierra, con algo de crianza, nos puede encajar perfectamente. Estas tres posibilidades de vino, las tenemos de productores de nuestra tierra.

Y ante la duda, como os he escrito en alguna ocasión, las dos bebidas que maridan con todo, son el agua y el vino blanco espumoso, y tenemos de este tipo de vino más de una opción para disfrutar.

Y siempre recordad lo que nos dijo Lord Byron: “El vino consuela a los tristes, rejuvenece a los viejos, inspira a los jóvenes y alivia a los deprimidos del peso de sus preocupaciones.

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Gabriel ArgumosaAurelio G-M Comentarios recientes de los usuarios
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Aurelio G-M
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Yo era fan del rosado, pero mi mujer, chico, no le ve el puntillo y nunca encuentra el momento de abrir un rosado, siempre prefiere un espumoso. Por tanto, en mi casa el espumoso ha fagocitado al rosado.
Pero no me dejaré, velaré por su supervivencia y cualquier día me armo de valor y le planto cara a mi mujer.
XXXD