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El Bardo Conchas es como El Bardo a secas, porque es la matriz, el pionero, el origen de la cadena de restaurantes/tabernas que El Bardo tiene en Salamanca, cuatro a día de hoy.
El Bardo que nos ocupa, está, y evidentemente de ahí su apellido, pegadito a la célebre Casa de las Conchas de Salamanca.
En un edificio con solera, muy chulo, y por dentro es rollo mesón, con varias estancias y recovecos a distintas alturas, muy vivido, muy castizo. Ambientazo, alegría, bullicio. Piedra, pizarra, mesas y sillas de madera…
Y lleno hasta la bandera. ¿De dónde viene su éxito? Pues de la cocina tradicional, de la variedad de la carta y diversidad de menús, del entorno, del trato, y de su excelente RCP.
Tras cenar el día anterior en El Mesón de Gonzalo, que había dejado el listón alto, este día tocaba comer aquí en El Bardo, después de una larga y maravillosa visita guiada por Salamanca.
Éramos un grupo muy grande, como 30, pero nos dispusieron por el restaurante en mesas de 6 personas, con lo cual en ningún momento pareció una comida de grupo.
La carta, a la que eché un vistazo, es realmente amplia, nosotros teníamos pactado un menú con los primeros alguno al centro y otros emplatados, y el segundo a elegir entre Entrecot de Ternera / Cochinillo Asado / Bacalao al ‘ajo tostao’ / Rodaballo al Horno. En mi caso, como soy bacaladero irredento, estábamos en tierra de interior, y además el día anterior me había cenado un solomillo de morucha de miedo, quedó así la cosa:
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• Ensalada de Guacamole con Ahumados
• Jamón, Lomo y Queso de la Tierra
• Boletus con Foie
• Bacalao al ‘ajo tostao’
• Torrija con helado
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Oye, pues excepto los embutidos y quesos, que, no estando malos en absoluto, eran batalleros (hay opciones de elevar el pistón, claro), lo demás me sorprendió por lo rico que estaba, no tenía yo grandes expectativas, la verdad. La apoteosis llegó con el “bacalao al ajo tostao”, diosssssss, qué barbaridad, ni por el forro me imaginaba yo ese equilibrio, ese buen bacalao, esas texturas y sabores conjugados de las capas de la costra. Un bacalao de bandera, sí señor.
De beber, pues ruedas y riojas o riberas, correcto, con copas mejorables… que mejoraban de hecho si las pedías. Como fue el caso.
Servicio raudo y veloz, prestado por profesionales patrios muy placeaos.
Bien, bien, estos de El Bardo, no me extraña que tengan tanto éxito. Saben en qué liga juegan y van a por todas, sin pretender subir de categoría pero ganando siempre su campeonato.
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