Para ofrecer las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como las cookies para almacenar y/o acceder a la información del dispositivo. El consentimiento de estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o las identificaciones únicas en este sitio. No consentir o retirar el consentimiento, puede afectar negativamente a ciertas características y funciones.
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario para el propósito legítimo de permitir el uso de un servicio específico explícitamente solicitado por el abonado o usuario, o con el único propósito de llevar a cabo la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para la finalidad legítima de almacenar preferencias no solicitadas por el abonado o usuario.
El almacenamiento o acceso técnico que es utilizado exclusivamente con fines estadísticos.
El almacenamiento o acceso técnico que se utiliza exclusivamente con fines estadísticos anónimos. Sin un requerimiento, el cumplimiento voluntario por parte de tu proveedor de servicios de Internet, o los registros adicionales de un tercero, la información almacenada o recuperada sólo para este propósito no se puede utilizar para identificarte.
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad, o para rastrear al usuario en una web o en varias web con fines de marketing similares.
Si el Ibidem fuese una producción teatral, se podría decir que el espectáculo tiene más atrezzo que guión. Y no es que la comida estuviese en absoluto mala, pero sí que podemos hablar que se centra más en la puesta en escena, y un poquito menos en el fondo culinario.
En los últimos tiempos han cambiado de ubicación, pasando de un local de gasolinera, a un escenario magnífico, un precioso palacete rodeado de jardines, modernizado por una decoración realmente llamativa. Servicio cordial, que tuvieron el detalle de doblarle un plato de arroz a la niña ante su entusiasmo.
El Ibidem es conocido como el “sitio de los trampantojos”, y es que el menú (no hay carta) se pude decir que está diferenciado en dos fases, una primera de aperitivos, llena de efectos, humos y puestas en escena varias, y una segunda más convencional, con platos que si bien no maravillan, cumplen y acompañan bien el show.
Me parece una propuesta interesante y a un buen precio, pero con un target muy concreto (en mi modo de ver), una clientela que busca acercarse a la alta cocina estrellada, pero de un modo más informal y menos encorsetado, y además a un precio más que razonable. Con lo que disfrutaron las enanas (llevaban desde que salimos de Zaragoza de vacaciones preguntándome cuando íbamos “al de los trampantojos”), para mí, mereció mucho la pena.
Como nota personal, abren el servicio con una adaptación de uno de los platos que más recuerdo del Celler de Can Roca, pero en lugar de sacarte un bonsai con esferificaciones de aceituna y la explosión de anchoa, en este caso, era gran bola de queso con aspecto de aceituna. También faltó la raspa de anchoa comestible.
You need to login in order to like this post: click here
Vamos, como que no te veo yo repitiendo en tu próximo viaje a Cantabria si vas sin enanas. O aunque vayas.
You need to login in order to like this post: click here
Buen resumen. XDD
You need to login in order to like this post: click here