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En pleno meollo turístico de Cambados (Cambados tiene dos centros, el paseo peatonal que comunica el Palacio de Fefiñans con el Parador y otro más apartado, en torno a la Plaza Alfredo Brañas, donde ya se aventuran muchos menos turistas) se encuentra este restaurante especializado en pescado y marisco.
Dispone de dos saloncitos, planta calle y primera planta y además una abigarrada terraza que se concentra en la pequeña plaza donde también hay varias terrazas apiñadas.
En agosto, pues hasta arriba. Mucho ambiente, quizás demasiado si preferís tranquilidad.
A lo mollar: restaurante de hechuras clásicas. Entrantes típicos de la zona: pimientos, pulpo, ostras, zamburiñas (que no son), etc. Y platos principales igualmente clásicos: pescados a la gallega, calderetas, marisco, etc. También tienen carne.
Pedimos, para cinco personas:
– Pulpo entero con patatas (a Illa).
– Pimientos de Padrón.
– Mejillones.
– Raya a la gallega.
– Caldereta de merluza.
Todo razonablemente rico. La merluza, buen pescado, algo pasado de punto.
Carta de vinos suficiente, con un gran apartado de vinos de Rías Baixas (albariños) y algo menos de otros blancos gallegos. Parece, echando un vistazo a las vitrinas interiores que tienen unos cuantos tintos de prestigio del resto de España, pero como con estos calores y estas comidas, no gasto, pues no les presté atención. Precios de los vinos más que correctos y copas indignas de un lugar que se llama Fonte do Viño. No sé si tendrán otras si pidieras un Vega Sicilia.
En general un sitio agradable, que seguramente amerite visitar en épocas de menos afluencia.
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